miércoles, 7 de septiembre de 2011

Laguna del Tesoro

Se encuentra ubicada al oeste de la ciudad de Concepción, Provincia de Tucumán 
-a 1850 msnm- dentro del Parque Nacional El Cochuna.

Varios son los caminos para acceder a ella, uno de los más convenientes y placenteros por la belleza del paisaje, es el que se indica en las proximidades del puente sobre el Río Cochuna, sobre la ruta 365, que conduce a Las Estancias. En una hora y media o dos, de camino, por una breve cuesta se llega a Puesto Zárate, un extenso prado rodeado de alisos, a continuación la senda lleva por el mencionado Bosque de Fantasía y luego se prosigue por el lecho del Soñador, antes de llegar a este, en el medio de un extenso campo se puede apreciar una morera, con la particularidad de que el árbol se encuentra “caído”.  Luego de recorrer intrincados caminos y tras cruzar el Soñador y las abruptas subidas, se llega a la Cuesta del Desesperado a 45 grados, accediendo finalmente a esta maravillosa laguna. Subir la cuesta, luego de un par de horas con la mochila en la espalda es prácticamente un desafío, pero el premio al sacrificio es encontrar la Laguna, reflejando como espejo la cadena montañosa de los nevados del Aconquija.
En la Laguna hay ejemplares como el pejerrey.
Quizás lo más interesante del viaje no sea la belleza del paisaje o el desafío que implica llegar a la misma, sino su oscura leyenda.
  Cuentan los habitantes de la región que en el fondo de sus aguas, se esconde el oro más antiguo existente sobre estas tierras, perteneciente a los últimos habitantes de La Ciudacita. Éstos, ante la codiciosa llegada de los españoles, tiraron todo su oro y pertenencias hacia las aguas. La ceremonia que dio lugar al desprendimiento de sus objetos, fue llevada a cabo por la  hija del Cacique, que tras la muerte de este, en manos españolas, decidió enterrarse en las oscuras aguas, subida a un toro endemoniado. Desde esa fecha hasta nuestros días, surge la leyenda del toro con cuernos de oro, custodio fiel de los tesoros indios. Así es la Laguna, su increíble paisaje se mezcla con leyendas, que hacen al viajero volver a pisar sus tierras, con ganas de disfrutar su belleza o tal vez, y por que no, buscar sus tesoros.